Sigue con la pólvora mojada


Mucho ruido y pocas nueces. En esas palabras se podría resumir la actuación hasta aquí de Santiago Salcedo con la camiseta de River. Su llegada fue la novela de la temporada y finalmente, por un millón de pesos (y una opción de ocho más) llegó la solución a la salida de Abreu. Hoy, meses después, no sólo que Salcedo no rinde, sino que Abreu esta de nuevo en River.

En las primeras fechas se decía que Salcedo no había podido mostrar nada, porque no le llegaban las pelotas. Cierto, tan cierto como que Ríos marcó dos goles generándolos él mismo. El paraguayo anda con la pólvora mojada, no está cómodo, aún no entendió si juega de nueve o si juega como el medio de esa línea de tres conectores. Sus chances para marcar son contadas con los dedos de la mano. No está rindiendo, ni por asomo, en la medida de lo que generó su llegada.

Más que nada porque, salvo contra Colón en Santa Fe, jugó todos los partidos de River en el Apertura y aún no marcó. La chance más clara la tuvo ante Banfield (respondió bien Luchetti) y ayer erró sólo la chance de gol que tuvo frente a un Marcos Gutiérrez vencido. Pero en tierras tucumanas, sí se le dio juego. La función primordial de los dos enganches que puso Simeone era abastecerlo a él. Si bien no funcionó a la perfección, Salcedo recibió mucho más juego que otras veces. Ahora lo preocupante es que no sepa qué hacer con las pelotas que le dan sus compañeros.

Simeone lo había marginado del choque ante Vélez, pero entró rápido porque se lesionó Falcao. Ayer dilapidó un par de chances y todo parece indicar que a partir de ahora será titular sólo en el campeonato, al menos que el Cholo quiera probar alguna vez con dos nueves. Porque para realizar su función llegó Abreu, con la salvedad que el uruguayo sólo puede jugar la Sudamericana. Así que Salcedo tendrá que hacer goles en el torneo local y sino comienza a meterla rápido, quizás la gran incorporación de River termine en el banco de suplentes.